El cambio climático, la rápida urbanización y los cambios en los patrones de uso de la tierra aumentarán el riesgo de aparición de enfermedades en las próximas décadas. El cambio climático, en particular, puede alterar la gama de patógenos globales, permitiendo que las infecciones, en particular las transmitidas por vectores, se expandan a nuevas ubicaciones. Un aumento continuo en los viajes, el comercio y la movilidad a nivel mundial transportará los patógenos rápidamente, luego de su aparición. Sin embargo, hay contrapuntos a esta tendencia: el rápido crecimiento de la conectividad observado a principios del siglo XXI puede estabilizarse y los cambios estructurales forjados durante la pandemia de COVID-19 pueden persistir. Una mayor inversión en la respuesta a brotes, como la reciente formación del Centro de Inteligencia sobre Pandemias y Epidemias de la OMS, podría ayudar a mitigar la amenaza de futuras infecciones emergentes. Además, los esfuerzos para desarrollar vacunas universales (es decir, vacunas que generen inmunidad contra todas las cepas de los virus de la influenza o los coronavirus, por ejemplo) podrían brindar un salto monumental para abordar las infecciones presentes y futuras.
Un mundo cambiante requiere una ciencia cambiante para evaluar los riesgos futuros de las enfermedades infecciosas. El trabajo futuro debe abordar explícitamente los cambios concurrentes: cómo los patrones cambiantes de los factores demográficos, climáticos y tecnológicos pueden afectar colectivamente el riesgo de aparición de patógenos, las alteraciones de la dinámica y la propagación global. Además de los análisis retroactivos que típicamente dominan la literatura, se requiere una investigación más prospectiva para lidiar con los posibles resultados futuros. Se debe prestar cada vez más atención a los patógenos que circulan actualmente en las poblaciones de animales salvajes y domésticos, especialmente en los casos en que la agricultura se está expandiendo hacia los hábitats de las especies nativas y, por el contrario, las especies invasoras se están desplazando hacia regiones populares debido al cambio climático. A medida que se gana la batalla contra ciertas infecciones endémicas a largo plazo, las estructuras institucionales construidas para hacer frente a estos viejos enemigos pueden ser adaptadas a las amenazas emergentes.Finalmente, la investigación futura debe alinearse con una visión global del riesgo de enfermedad. En un mundo cada vez más conectado, el riesgo de enfermedades infecciosas se comparte globalmente.
LAURA KARELY VELAZQUEZ ORTIZ
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